PUERTA DE CULTURAS

La obra representa, sin ser un lugar en concreto, un arco de herradura apuntado tan característico de la arquitectura nazarí, con un ajimez o ventana dividida en dos sobre ella. La combinación de estos dos elementos está presente en el inconsciente colectivo granadino como una seña de identidad, recordando a lugares como la Puerta del Vino o el Corral del Carbón, a casas moriscas del Albaycín y se encuentra presenta también en muchas torres de la Alhambra. La puerta se presenta abierta y un grupo de personas, con movimiento y bullicio aparecen entrando. De esta manera, Granada invita y acoge a los visitantes, viajeros y a sus propios paisanos, que se adentran en ella y entremezclan sus saberes y culturas.